Psicología Deportiva


Pensando y pensando en como poder potenciar al máximo el rendimiento deportivo, volvimos a las bases y nos dimos cuenta que existe una variable muy importante de la que no se está sacando todo su potencial, quizás por ser la más difícil de controlar o quizás porque, todos en el fondo, creemos tener un título para el cual no hemos estudiado.

Como todos ustedes saben, la cantidad de variables que se ponen en juego en búsqueda del máximo rendimiento deportivo han ido creciendo en forma exponencial y requieren de un tratamiento integral y minucioso.
Entendiendo al deportista y a nuestros equipos desde una visión holística, habría que considerar, para potenciar nuestras fortalezas en el ámbito del entrenamiento, las siguientes áreas:

El área Física; el área Táctica; el área Técnica; el área Biológica y el área Psicológica.



Fácil es entender que En cuanto a la biología, los avances de las ciencias nos permiten con mucha claridad entender procesos fisiológicos del entrenamiento que antes se desconocían, gracias a estos, se ha mejorado y efectivizado el entrenamiento.

Debido a los avances tecnológicos, es mucho más fácil estudiar los movimientos, las ejecuciones y desglosar biomecanicamente una acción motora, lo que nos ayuda a evaluar, corregir y economizar las técnicas deportivas.

En cuanto a las tácticas, al haber mayor información y de fácil acceso, cada deportista puede ampliar su rango de conocimientos, y así poder tomar mejores decisiones a la hora de la competencia.

Pero nos queda por ultimo un área, que no ha sido del todo explotada, o por lo menos no en el ámbito del fútbol.

Estamos hablando de la psicológica deportiva, y no sé asusten que no es cosa de locos…

Para que tengamos una idea, el trabajar en el aspecto psicológico de los deportistas, no es una innovación ni una idea vanguardista.

Existe un largo recorrido en la psicología deportiva que nace en la Unión Soviética en la década del 20´, sumándose posteriormente EEUU  y EUROPA para luego expandirse a CUBA y CANADA; En los años 50´ se forman las primeras instituciones dedicadas al deporte en Checoslovaquia, para terminar en el Primer congreso Psicología del deporte 1965.

Los diferentes estudios realizados, apuntan a la Motivación, Concentración, Control de Presiones,  Confianza y Cohesión grupal; como los pilares fundamentales de esta área.
Conociendo los vestuarios y las creencias del fútbol, sabemos que: Entrar con la pierna derecha realizando 3 saltitos, ir caminando a lujan, llamar a un exorcista, llevar la estampita o amuleto de turno y hasta decir palabras mágicas como “quiricocho” a la hora del penal o tiro libre en contra; tiene mayor aceptación que una justificación científica o estudios realizados seriamente.

Sabemos que, como decía Einstein: “Es mas fácil destruir un protón, que un prejuicio.” Pero también creemos que “Lo peor de la ignorancia es que a medida que se prolonga, adquiere confianza”.

Y estamos aquí para poner punto final a esta a estas cábalas y aceptar de una vez por todas, que no se está trabajando seriamente en el área psicológica de los futbolistas.

El imaginario social nos condiciona; pensando que los aportes psicológicos son del ámbito hospitalario e ignoran que sirve para educar, prevenir y potenciar las fortalezas y disminuir las debilidades de los grupos.

La realidad es que, HAY herramientas de trabajo a disposición y que son útiles para que, un grupo de especialistas bajo una misma camiseta, pueda ser realmente ser “el equipo de las estrellas”; hay herramientas para que a la hora de patear un penal no tiemblen las piernas; hay herramientas para mejorar decisiones tácticas, porque ya se visualizo la situación con anterioridad; hay herramientas para que un jugador vuelva rápidamente a tomar el foco de concentración, luego de algo que lo perturbo; La realidad indica que hay mucho trabajo para hacer y poco conocimiento de que se puede.

Queremos dejar en claro que, podemos continuar llamando mala suerte, al bajo desempeño del plantel; Podemos adjudicarle que se perdió un partido en el último minuto en una pelota parada, por no llevar la virgencita; o que sea cuestión de suerte el meter o errar un penal; También podemos seguir diciendo que al volver de una lesión tuvo que salir reemplazado por molestias a los 5 minutos, porque no tuvo suerte; Y hasta podemos echarle la culpa a la suerte al no haber podido salir campeones con el equipo de las estrellas.

Pero nosotros preferimos llamarle… Falta de motivación; Desconcentración; No saber controlar las presiones; Falta de confianza; Y ausencia de cohesión grupal.
Todos estos aspectos son trabajables y queda solamente en nosotros aceptarlo.

Señores, A la realidad podemos no reconocerla, o podemos ser más prácticos y asumirla como el primer paso para intentar cambiarla…he aquí las herramientas para empezar a caminar…

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