Descripción del
principio de la Especificidad.
Para adentrarnos en el “Principio
de la Especificidad”, comenzaremos describiendo brevemente que es un principio de
entrenamiento.
Según
J. Weineck:
“En el proceso del entrenamiento
actúa un gran abanico de regularidades de todo tipo, como por ejemplo
biológicas, pedagógicas o psicológicas. El conocimiento detallado de estas
regularidades es fundamental para que la configuración del entrenamiento sea
eficaz. Los principios del entrenamiento deportivo sirven para optimizar la
capacidad de acción de deportistas y entrenadores. No obstante, y dadas sus
múltiples interrelaciones, no conviene estudiarlos de forma aislada sino en su
complejidad, y su aprendizaje y aplicación deben tener lugar dentro de un
contexto global.
Los principios se refieren a todos
los ámbitos y tareas del entrenamiento; determinan el contenido, los métodos y
la organización. Son sugerencias vinculantes para la acción del deportista y
del entrenador, y que tienen que ver con la aplicación compleja y consciente de
las regularidades en el proceso de entrenamiento.
En la literatura especializada de
la metodología del entrenamiento se mencionan, dependiendo del autor,
diferentes principios del entrenamiento deportivo y se articulan en diferentes
propuestas de sistematización.
Aun habremos de esperar para tener
una clarificación definitiva desde la ciencia del entrenamiento, pues el examen
y la validación empírica de los diferentes principios solo se han producido
hasta la fecha en forma parcial.”
Según
el manual para el entrenador de SICCED:
“Las sesiones de entrenamiento deben desarrollarse
respetando principios del entrenamiento inmutables en cualquier diseño y
programación de plan de trabajo. Los principios de entrenamiento surgen ante la
imperante necesidad de respetar las cuestiones fisiológicas y establecer un
sistema integral de entrenamiento. Los principios se refieren a factores
relacionados entre sí para aplicar cargas de entrenamiento y dosificar el
volumen, intensidad etcétera, de la sesión de entrenamiento”
Muchos autores han escrito y explicado que son los
principios del entrenamiento deportivo; Todos concuerdan en que son normas,
reglas y como su nombre lo dice, principios o guías, las cuales se deben seguir
para realizar un entrenamiento optimo. Estas normas están, o intentan estar, fundamentadas
científicamente y empíricamente.
Como Weineck
explica en su definición, estos principios se los debe estudiar en su conjunto,
y tratar de ver las correlaciones entre los mismos.
Distintos autores forman diferentes grupos de principios,
y los nombran de distintas maneras, pero al estudiarlos, caemos en que todos
apuntan a lo mismo y se basan en las mismas raíces para su fundamentación. Así
por ejemplo podemos ver las grandes divisiones que realizan algunos autores
como:
El siguiente esquema se ven las grandes divisiones, de las
cuales se desprenden los principios fundamentales:
Como vemos hay diversidad en los principales principios
elegidos por los autores, muchos de ellos hablan del principio de la
especificidad que es el que desarrollaremos a continuación.
Principio de la Especificidad.
Según Tudor O.
Bompa:
“El principio de especificidad surgió de la idea de que el
programa óptimo de entrenamiento de la fuerza debía ser específico. Mathews y
Fox (1976) convirtieron esta teoría en un principio del entrenamiento según el
cual los ejercicios o tipo de entrenamiento específicos para las técnicas de un
deporte se traducen en una adaptación más rápida y una mejora del entrenamiento
con mayor rapidez.”
“Para que sea eficaz y logre una
mayor adaptación el entrenamiento debe diseñarse de modo que desarrolle fuerza
específica para el deporte. Todo programa de entrenamiento de la fuerza y todo
método de entrenamiento seleccionado deben tener en cuenta el sistema de
energía dominante en el deporte y los motores primarios implicados. La
especificidad del entrenamiento también es el mecanismo más importante para la
adaptación neuronal a cada deporte específico.
Hay que sopesar cuidadosamente cual
es el sistema de energía dominante en todo deporte. Por ejemplo, el
entrenamiento de resistencia muscular es más apropiado para los deportes de
resistencia como el remo, la natación de fondo, el piragüismo o el patinaje de
velocidad. También hay que plantearse
cuáles son los grupos de músculos específicos implicados (motores primarios) y
los patrones de movimiento característicos del deporte. También deben mejorar
la potencia de los motores primarios. Normalmente, las mejoras en la potencia
se transfieren a la técnica.”
Según Zatsiorsky:
“La especificidad del entrenamiento se podría describir,
como un tema de transferencia del entrenamiento. Imagine, por ejemplo, a un
grupo de jóvenes deportistas que han entrenado durante un determinado periodo
de tiempo con un ejercicio (sentadillas con barra). Al final, su rendimiento se
incrementó. Supongamos que la ganancia de todos los deportistas fue de 20 kg.
¿Qué sucederá con el rendimiento de estos deportistas en otros ejercicios, como
el squat jump, sprint o nado estilo libre? Podríamos predecir que el
rendimiento en estos ejercicios se podría incrementar en diferentes
porcentajes. El incremento podría ser importante en squat jump, relativamente
pequeño en sprint y prácticamente nulo en nado estilo libre. En otras palabras,
la transferencia de los resultados de entrenamiento de la sentadilla hacia
otros ejercicios es variable. En unos se observará una mayor transferencia (y
por tanto menor especificidad) y en otros una menor transferencia (y por tanto
mayor especificidad).”
Según Jorge de Hegedus:
“En general los principios del
entrenamiento son comunes básicamente a todas las especialidades, lo que varia
es su estructura en relación a la temporada.
El enfoque del entrenamiento se va
modificando a medida que nos aproximamos al periodo competitivo, en el cual se
exalta en mayor medida la especificidad del trabajo.
Obviamente la especificidad se
incrementa dentro del propio periodo competitivo, en donde la dinámica del
entrenamiento toma en cuenta la frecuencia de los encuentros o partidos.”
Según
la Cátedra de Entrenamiento de Futbol de APEFFA. (Prof. Carlos Juárez):
“La especificidad se basa en el
desarrollo óptimo de los grupos musculares específicos para el futbol teniendo
en cuenta los tipos de movimientos del deporte.”
Podemos encontrar muchas otras
definiciones de este principio, tan importante en el entrenamiento deportivo,
en búsqueda del alto rendimiento o excelencia deportiva. Siempre apuntan a
poder planificar el entrenamiento tomando como base los gestos, técnicas,
sistemas energéticos, tiempos de trabajo, pausas, cargas, etc., de cada deporte
en particular. Como ya se menciono anteriormente, es conveniente estudiar los
principios en conjunto, la especificación va de la mano con las etapas o
cronogramas de entrenamiento, como así también de la edad o desarrollo del
deportista. Tiene intima relación con las características de las cargas
(Intensidad, Volumen, Tiempo, Pausas, etc.). Weineck resalta que en muchas
modalidades resulta imposible conseguir rendimientos máximos individuales sin
una especialización selectiva y planteada en el momento oportuno. Los
principios de la carga selectiva y adecuada a la edad intentan reflejar estas
exigencias de la práctica deportiva.
Cuando se habla del principio de
especificidad todos los autores lo relacionan con etapas en el periodo de
entrenamiento. Por ejemplo Ariel González
escribe:
“A lo largo de todo el proceso de
entrenamiento, el deportista desarrolla capacidades y destrezas generales y
especiales que constituyen la base del rendimiento deportivo. La preparación
general y especial se encuentra representada en todos los deportes en
diferentes proporciones según las características particulares de los mismos.
Por otra parte, la relación entre preparación general y especial va variando
dentro de la periodicidad y estadios del entrenamiento en el sentido de una
creciente especialización.
La preparación general precede
temporalmente a la preparación especial, debido a la mayor intensidad y
dificultad de esta última.
Tanto en el entrenamiento general,
como en el especial, se pretende desarrollar las componentes básicas del
rendimiento deportivo por medio de diferentes ejercitaciones y métodos de
entrenamiento a saber; condición, táctica y aspectos psíquicos e
intelectuales.”
Y Weineck lo respalda con otras palabras pero con la misma intención:
“En el transcurso del proceso de
entrenamiento a largo plazo, la configuración del trabajo necesita, pues, una
concentración creciente de tiempo y fuerzas sobre el objeto de ejercicio
deportivo elegido, esto es, sobre la modalidad en cuestión, Se trata de un
proceso de estrechamiento creciente, que deberá concentrarse cada vez mas sobre
lo que se debe aprender, mejorar y optimizar (cf. Joch, 1992, 72).
Sin embargo. Pese a todas las
necesidades de especialización, no se debería descuidar la adquisición de otras
capacidades que sirven de complemento y de apoyo para las capacidades y
destrezas principales (cf. Grosser y cols., 1986, 43).
La especialización de la carga
según el objetivo se refleja también en una elección cada vez mas especifica de
los métodos y contenidos de entrenamiento utilizados. En un primer momento
tienen prioridad los ejercicios generales preparatorios, que no coinciden con
el ejercicio de competición ni por sus características estructurales motoras ni
por el trabajo especifico planteado. Al final predominan ejercicios específicos
complejos, que se asemejan a los de competición en cuanto a estructura y efecto
de la carga, u plantean exigencias mayores o mas detalladas (cf.
Bauersfeld/Schroter, 1979, 41; cf. Figs. 12 y 242)
La especialización progresiva según
el objetivo en el proceso de entrenamiento a largo plazo se refleja en una
coincidencia creciente de los ejercicios con las estructuras motora y de carga
de la modalidad en cuestión.
Los componentes de preparación
general y de la especifica cambian en función del estado de entrenamiento que
se vaya creando, en el sentido de una especialización creciente (cf.
Starischka, 1988, 60). El deportista de elite absoluto mantiene aun en su
repertorio ejercicios de preparación general; no obstante, predominan
claramente los contenidos de la preparación específica.
La interacción entre lo general y
especifico es, según Hahn (1982, 64/65), un proceso dinámico en el cual no se
puede buscar una relación porcentual estática determinada. En el entrenamiento
de principiantes, los contenidos de la preparación general se ocupan de
consolidad la capacidades elementales de condición física y de coordinación.
Como criterio de validez general admitimos que “lo general tiene que antecedes
siempre a lo especifico”. Sin embargo, lo general se ha de escoger siempre con
vistas a las exigencias específicas de la disciplina de competición. Los
contenidos del entrenamiento general, por imprescindibles que sean, contribuyen
a mejorar la capacidad de rendimiento específico y se deben elegir, por tanto,
sin perder de vista el objetivo especifico (cf. Joch, 1992, 72).”
En una edición de la revista
Stadium, se público:
“Se debe mantener una sana relación
entre los aspectos generales y especiales del entrenamiento. El entrenamiento
general es aquel que en su contenido no posee una relación directa con el
deporte propiamente dicho, por ejemplo: sentadillas con pesas.
El especial, por el contrario, es
aquel que utiliza acciones con o sin pelota, pero que representan situaciones
de juego.
Se recuerda esto porque, en la actualidad, existe una tendencia que
pretende que todo el entrenamiento del futbolista debe ser con pelota, bajo el
pensamiento mecanicista “que el fútbol debe entrenarse a través del fútbol”,
cuando la realidad es que hay capacidades motoras que no pueden entrenarse en
forma específica con la pelota, por ejemplo la fuerza y otras que se entrenan
mal, como la velocidad. Si bien no existen muchas investigaciones al respecto,
es probable que esta orientación traiga frecuentes lesiones a los futbolistas
que realizan un gran volumen de trabajo intenso con pelota, generalmente de
índole lactacica, con pobres bases condicionales generales.
La formación multilateral debe
preceder la especialización en el deporte. Desde el punto de vista psicológico,
es positivo que muchos niños del grupo tengan oportunidad de destacarse, al
extenderse la oferta de deportes. El desarrollo coordinativo que se obtiene
mediante una práctica de diversas disciplinas deportivas crea un amplio
repertorio reflejo que permitirá aprender con rapidez y calidad los complicados
gestos técnicos del fútbol. También, se deben estimular el desarrollo de la
creatividad e imaginación de los niños.
La periodicidad del entrenamiento,
en el sentido de división del año de entrenamiento en ciclos, etapas,
microciclos y unidades de entrenamiento, con el fin de producir en un momento
del año un pico de rendimiento en un solo deporte, no debe ser el objetivo del
entrenamiento con los muchachos, sino alcanzar una amplia y sostenida capacidad
deportiva que permita un exitoso aprendizaje de las cualidades motoras y
diferentes fundamentos técnicos del fútbol.”
Se ha resaltado en el texto
anterior un párrafo, con el cual no
concuerdo en su totalidad. Las otras afirmaciones van de la mano con la
cantidad de autores que escriben sobre el tema; Pero me cuesta creer la
relación de lesiones con trabajos específicos del deporte solamente. A mi entender, habría que analizar otras cuestiones que
puedan llegar a tener mayor influencia. (Alimentación, descanso, factores
externos como condiciones de las instalaciones, indumentaria, etc.; Como así
también la planificación de
intensidades, volúmenes, pausas, etc.).
La afirmación “se necesita una base
general para pasar a la especificidad del entrenamiento”, es de común
pensamiento entre los autores, y es ahí donde se justifica de la siguiente
manera:
Bompa
escribe:
“La especificidad debe aplicarse
solo con deportistas avanzados durante la fase competitiva. Los deportistas
solo perfeccionan la fuerza dominante en su deporte seleccionado.
El uso erróneo de la especificidad
provoca el desarrollo asimétrico o poco armonioso del cuerpo y desatiende los
músculos antagonistas y estabilizadores. El uso erróneo también puede
dificultar el desarrollo de los motores primarios y provocar lesiones. Toda
especificidad remarcada en exceso puede provocar un desarrollo mínimo de los
músculos y de la función muscular especializada de un lado del cuerpo. Los ejercicios
de fuerza compensatorios siempre deben usarse en el entrenamiento, sobre todo
durante la fase preparatoria del plan anual. Estos ejercicios equilibran la
fuerza de los músculos agonistas y antagonistas.
Aunque la especificidad es un
principio importante, su aplicación a largo plazo tal vez genere programas
estresantes y aburridos que provoquen como resultado el que los deportistas
estén sobre entrenados, sufran lesiones por sobrecarga y se quemen. La mejor
forma de aplicar la especificidad es en el momento apropiado y dentro de un
programa que se base en un plan metódico a largo plazo.”
Jorge
de Hegedüs opina:
“El proceso del entrenamiento se
desarrolla en forma independiente de la futura especialidad deportiva y siempre
que ese sea el gran objetivo. De acuerdo a esto, el proceso del entrenamiento
se desarrollara a través de 3 grandes etapas conocidas:
Etapa
|
Inicia
|
Finaliza
|
Característica
|
Iniciación
|
11
– 12 años
|
14
– 16 años
|
Formación
multilateral
|
Especialización
|
16
– 18 años
|
19
– 20 años
|
Desarrollo
paulatino hacia lo especifico
|
Perfeccionamiento
|
>20
años
|
indefinido
|
Alta
especificidad
creatividad
|
El entrenamiento en los que recién
se inician no constituye una imitación de los ya formados pero “en chiquito”
(Martín, 1983). Por este motivo, el entrenamiento de los menores y juveniles
tiene características propias, con objetivos bien específicos, los cuales en su
estructura total debe ser multilateral, caso contrario puede producirse el
fenómeno del “drop out” (abandono) de manera prematura. El entrenamiento
polifacético a edades de iniciación tiende a proporcionar luego mejores
resultados específicos.
Un acervo motor desarrollado en
forma polifacética desde las edades de iniciación, aprovechando las fases
sensibles, acortara y facilitara posteriormente el aprendizaje de la técnica
deportiva en forma específica.
Tanto el entrenamiento como las
competencias, deben conformarse de acuerdo al calendario psicobiologico de los
mismos.”
Fundamentación
científica del principio.
Bompa
resalta que los deportistas no deben entrenar los músculos aisladamente como en
el culturismo. El propósito del entrenamiento de la fuerza en el deporte es
estimular la habilidad. Las habilidades deportivas son movimientos
multiarticulares que se producen en cierto orden y reciben el nombre de cadena
cinética (cadena de movimientos). Según el principio de la especificidad, la
posición del cuerpo y los ángulos de las extremidades deben parecerse a los de
las técnicas especificas. Cuando los deportistas practican un
movimiento, los músculos se integran y fortalecen para realizar la acción con
mas potencias, razón por la cual los deportistas no deben recurrir solo
al entrenamiento con pesas, sino que deben ampliar sus prácticas de
entrenamiento, incorporando el empleo de balones medicinales, gomas elásticas,
pesas y material polimétrico. Los ejercicios practicados con estos instrumentos
permiten a los deportistas iniciar las técnicas con más facilidad.
También resalta que la adaptación
neuronal en el entrenamiento de la fuerza de la mayoría de los deportes supone
un aumento de la potencia y la velocidad de contracción sin aumento de la masa
muscular.
Para conseguir una mayor adaptación
neuronal, hay que seleccionar cuidadosamente los métodos de entrenamiento y sus
ejercicios. Los investigadores y los entrenadores de categoría internacional
comparten puntos de vista parecidos sobre lo que representa la especificidad
del entrenamiento de la fuerza. Estos puntos de vista se resumen a
continuación:
- Los
métodos para el entrenamiento de la fuerza deben ser específicos de la
velocidad de contracción empleada en los deportes (Coyte y otros, 1991;
Kanehisa & Miyashita, 1983). Esto significa que desde la segunda mitad
de la fase preparatoria y a lo largo de la fase competitiva, los
entrenadores deberían seleccionar métodos que aumenten específicamente la
velocidad de contracción y, por lo tanto el nivel de potencia.
- Los
métodos de entrenamiento y los ejercicios deben aumentar la fuerza de
contracción en la dirección buscada del movimiento. Esto significa que hay
que seleccionar ejercicios de acuerdo con los músculos empleados en las
técnicas de un deporte dado (motores primarios). Los ejercicios de
halterofilia y culturismo, especialmente durante la segunda parte de las
fases preparatorias y competitivas, son una pérdida de tiempo.
- Los
métodos de entrenamiento deben aumentar la activación y excitación de los
motores primarios. Los ejercicios seleccionados deben ser específicos de
cada deporte y tienen que activar los motores primarios.
- Los
métodos de entrenamiento deben aumentar el ritmo de descarga de las
motoneuronas (Hortobagyi y otros, 1996) o estimular los músculos para
ejecutar una acción deportiva con potencia y gran velocidad. Las
motoneuronas inervan, estimulan y excitan los músculos. Cuanto más
específico sea el método de entrenamiento y los ejercicios, mejor
entrenado estará un músculo para realizar movimientos deportivos rápidos y
potentes.
- El
reclutamiento de las unidades motoras y el ritmo de excitación aumentan con
cargas mayores y contracciones más rápidas (De Luca y otros, 1982). Los
métodos de entrenamiento que mejoran la fuerza máxima y la potencia son
los únicos que aumentan el ritmo de excitación de las unidades motoras y
el reclutamiento de las fibras musculares de CR.
- La acción
de los ejercicios debe realizarse a lo largo de la vía neural (Hakkinen,
1989). Hay que seleccionar ejercicios de modo que las contracciones se
realicen en la misma dirección que la estimulación nerviosa. Si un
ejercicio no estimula de forma realista o no es especifico para una
técnica, la contracción muscular no se produce a lo largo de la vía
neural, lo cual provoca una menor eficacia del ejercicio en el
entrenamiento.
- La
secuencia en la cual los músculos se traen durante un ejercicio es crucial
para los aspectos específicos de la adaptación. Los ejercicios, sobre todo
los ejercicios multiarticulares (p. Ej., las sentadillas, que implican
tres articulaciones), deben estimular la secuencia en la que los músculos
se contraen mientras ejecutan una técnica especifica.
La adaptación neuronal resultante de la especificidad del
entrenamiento de la fuerza aumenta el número de unidades motoras activas. Los
métodos de entrenamiento bien seleccionados, como los métodos de fuerza máxima
y el entrenamiento de la potencia, activan más unidades motoras. Como
resultado, los deportistas poseen capacidad para realizar un ejercicio con
mayor rapidez de contracción y más potencia.
Weineck por su
parte, justifica este principio de entrenamiento, escribiendo:
“La capacidad de rendimiento
deportivo se manifiesta en la práctica de secuencias motoras específicas de la
modalidad. El entrenamiento debe mejorar, con una carga especifica, la calidad
–aspecto coordinativo- y la cantidad –aspecto energético- de los movimientos
deportivos.
La capacidad de rendimiento motor,
incluyendo el proceso de aprendizaje motor, se basa en la aptitud funcional de
los sistemas neuromuscular y energético. Ambos sistemas están estrechamente
vinculados entre sí.
Desde los puntos de vista de la
biología del deporte y la fisiología, en entrenamiento se debe concebir como un
efecto de adaptación constante a la carga. Los estímulos de entrenamiento, en
tanto que trastornos de la homeostasis, son la causa de las alteraciones de los
sistemas sometidos a desgaste.
Para la mejora de la capacidad de
rendimiento deportivo, los fenómenos de adaptación específicos e inespecíficos
desempeñan un papel importante. Los estímulos específicos producen reacciones
de adaptación específicas.”
Todo lo anteriormente expuesto, coincide con la
fundamentación teórica que dan Wilmore
& Costill, publicando:
“Cuando realizamos ejercicios
regulares durante un número determinado de semanas, nuestro cuerpo se adapta.
Las adaptaciones fisiológicas que se producen con la exposición crónica al
ejercicio mejoran tanto nuestra capacidad como nuestra eficiencia en el
ejercicio. Con el entrenamiento de la resistencia, nuestros músculos se
fortalecen. Con el entrenamiento aeróbico, nuestro corazón y nuestros pulmones
ganan eficiencia y nuestra capacidad de resistencia se incrementa. Estas
adaptaciones son altamente específicas del tipo de entrenamiento que se sigue.
El principio de especificidad: Las adaptaciones al entrenamiento
son altamente específicas del tipo de actividad y del volumen e intensidad del
ejercicio ejecutado. Para mejorar la potencia muscular, por ejemplo, el
lanzador de pesos no pondrá el énfasis en las carreras de fondo, ni en el
entrenamiento de resistencia lento de baja intensidad. Del mismo modo, el corredor
de fondo no se concentrara en el entrenamiento intervalico propio de los
sprinter. Esta es probablemente la razón por la que los deportistas que se
entrenan para tener fuerza y potencia, tales como los levantadores de peso, con
frecuencia tienen una gran fuerza, pero no tienen una mejor resistencia
aeróbica que la gente no entrenada. Con el principio de especificidad, el
programa de entrenamiento debe forzar los sistemas fisiológicos que son
críticos para que haya un rendimiento óptimo en el deporte de que se trate, a
fin de lograr adaptaciones de entrenamiento especificas.”
Aplicación práctica
del principio.
A la hora de llevar este principio a la práctica cotidiana
de los deportes, pueden aparecer distintos factores a tener en cuenta. A
continuación expondremos como puede llevarse este principio a la práctica del
futbol.
Tomando en cuenta las capacidades condicionales,
analizaremos la especificidad en el futbol de la siguiente manera:
En cuanto a la especificidad de la
resistencia, podemos decir que hoy en día se puede encontrar mucha
información y muchas estadísticas en el futbol, las cuales nos indican cuanto
corre un defensor, cuanto un mediocampista y cuanto un delantero. También hay
estadísticas en cuanto a las intensidades y las pausas. A partir de todos estos
números, podemos lograr hacer un trabajo altamente específico, respetando los
volúmenes, intensidades y pausas.
Sin ir más lejos el siguiente dato
se puede encontrar en la página oficial de la FIFA, en donde se pueden ver las
distancias recorridas por cada uno de los jugadores del mundial 2010.
A partir de todos estos datos,
podemos justificar que ya no es necesario que el arquero corra a la par de
todos los jugadores en el entrenamiento de resistencia, como se hacía en
décadas anteriores. De la misma forma, si se tienen las condiciones optimas de
trabajo, tampoco sería conveniente realizar una planificación, donde un centro
delantero se desplace la misma distancia y a la misma intensidad que un
volante.
En cuanto a la especificidad de la fuerza,
Bompa señala “es difícil reproducir
las técnicas de un deporte dado en el entrenamiento de la fuerza, los
entrenadores deben tratar de imitar la estructura dinámica de esas técnicas y
la orientación espacial, o bien la posición del cuerpo comparada con el
ambiente circundante. Los entrenadores deberían seleccionar ejercicios que
alineen el cuerpo y las extremidades con las posiciones adoptadas para ejecutar
una técnica deportiva.
El ángulo entre las partes del cuerpo o extremidades
influye en cómo y qué partes de un musculo dado se contraen. El entrenamiento
eficaz de los motores primarios requiere familiarizarse con este aspecto.”
En el futbol, queda claro que no se debe trabajar la
fuerza de la misma manera que la trabaja un levantador olímpico. La manifestación
de fuerza que se busca alcanzar es la fuerza potencia o explosiva. Es por esto
que se deben seleccionar ejercicios donde se trabaje esta manifestación de
fuerza. También cuando se realiza el equilibrio entre la especificidad y la
generalidad del entrenamiento, se deben elegir ejercicios que no obstruyan o se
interpongan con los fines buscados. Se pueden trabajar ejercicios derivados del
levantamiento de pesas, adaptándolos o usando partes de los mismos que nos
sirvan para lograr algún gesto técnico de forma más explosiva y coordinada.
Estos ejercicios de levantamiento de pesas tienen la características de ser
complejos en su realización, de necesitar un trabajo neural muy alto, para
lograr una coordinación total de la musculación interviniente, lo que favorece
a mejorar el reclutamiento de fibras y la coordinación inter e intramuscular.
También se debe trabajar con ejercicios de campo
específicos con alguna sobrecarga. Existen muchas variantes como ser los
chalecos lastrados, los paracaídas, las tobilleras de peso, el trabajo con
resistencia generada por compañeros, ejercicios con trineos, ejercicios en
superficies pesadas como la arena, ejercicios polimétricos, etc.
En cuanto a la velocidad en el
futbol, Antonio Díaz Carlavilla publica: “El primer hecho diferenciador del
fútbol se encuentra en el tipo de movimientos que el jugador realiza. Estos se
definen como movimientos ACÍCLICOS. Es decir, no se trata de gestos
repetidos o siempre con la misma estructura, como puede ser la carrera de un
atleta o el sprint de un ciclista. Por contra, son movimientos desiguales en
cuanto a forma e intensidad. Si los primeros dependen prioritariamente de
factores condicionales, de los futbolistas dependen más de la velocidad
segmentaria, la coordinación y la agilidad.
La existencia de un móvil (balón)
establece otra gran diferencia. El dominio de éste, y más concretamente, el
incremento de la intensidad en los movimientos se complica si está la pelota
por medio. En fútbol, con el balón en los pies, no vale un movimiento rápido de
por sí, sino que tiene que ser efectivo. Por tanto la velocidad a la que
el jugador debe realizar el regate, el pase o el golpeo a portería no debe ser
máxima, sino la más adecuada a sus capacidades técnicas y a las exigencias
del juego. He aquí un término a tener muy en cuenta, la “velocidad
necesaria”. Las posibilidades del entrenamiento se abren mucho en este
frente y, especialmente en edades tempranas. Un correcto dominio técnico es,
seguro, una mejora en la ejecución y, en consecuencia, en la velocidad
del juego.
El futbolista no solamente debe ser rápido, sino ser capaz de ser “rápido
muchas veces”. Incluso está obligado a realizar esfuerzos de media o baja
intensidad durante un tiempo prolongado. Esto significa que las capacidades de
velocidad y resistencia deben convivir armónicamente. No haríamos mención a
ello si no fuera por las beligerantes interferencias que el
entrenamiento de una y otra cualidad tienen entre sí y que debemos contemplar
en nuestra actividad diaria para la mejora del rendimiento del futbolista.”
A estos dichos, podemos sumarle que los
ejercicios específicos de velocidad en el futbol, son los que se realizan con
el juego en si. Es decir, ¿de que mejor forma podríamos trabajar la velocidad,
si no es a través del juego? Se deben generar situaciones donde el jugador deba
realizar desplazamiento a la mayor velocidad posible, donde intervengan
distintos patrones de partida o reacción; Así sea una pelota, un silbato, un
color, etc.
Se pueden reducir las dimensiones del campo,
se pueden realizar ejercicios donde haya inferioridad numérica, donde haya dos
balones, donde tengan que tomar, tocar o pasar cerca de un elemento, etc.
En cuanto a la flexibilidad en el futbol, se
sabe que el mayor grado de flexibilidad en los deportes multiarticulares,
beneficia el correcto desarrollo de las técnicas deportivas. En el futbol como
en otros deportes en conjunto, no se le da el grado de importancia que debiera.
En una charla brindada por la Asociación de Profesores de Educación Física del
Futbol Argentino (APEFFA), el 14 de junio de 2010, el profesor Luis Cairo
(Disertante), preparador físico del Club All Boys (recientemente ascendido a la
primera división del futbol Argentino),
aclaro que él genera el espacio para la flexibilidad durante el
entrenamiento. Luego de algunos movimientos de entrada en calor y en el medio
de serie de ejercicios, el propone a sus jugadores que realicen ejercicios de
flexibilidad a su criterio, no da una planificación específica para esta capacidad
y deja que los jugadores actúen libremente. Justifica este accionar diciendo
que al no poder evaluar si el jugador está realizando el ejercicio a alta
intensidad, media o baja, entonces lo deja a criterio y gusto del jugador.
Estas declaraciones me dejan pensando que quizás tenga
razón, que cuando se trabaja con jugadores profesionales, se debe dar por
sentado que ellos son conscientes del entrenamiento y le deben dar la
importancia adecuada. Pero para que esto sea cierto, esto se debe trabajar
desde edades tempranas, dándoles las herramientas necesarias, educándolos y
haciéndolos tomar consciencia de la importancia de esta capacidad para el alto
rendimiento deportivo.
También hoy en día se están realizando trabajos de
propiocepcion para la prevención de lesiones, el equilibrio, coordinación
muscular y fortalecimiento de estructuras articulares, las cuales tienen un
grado de especificidad importante.
Tomando en cuenta la ontogénesis de los deportistas, la
especificidad en el futbol para Perez,
Víctor debe ser:
“Partiendo del principio de unidad funcional
tenemos que considerar que la preparación trata de abarcar simultáneamente
todos los factores de rendimiento, ya que está demostrado que con una
preparación multifacética, se consiguen mejores resultados, debido a que el
deportista o alumno domina una mayor cantidad de movimientos, tiene un mayor
dominio de sus conductas motrices y, en consecuencia, está en condición de
asimilar las técnicas y los métodos de entrenamiento más complicados, partiendo
del principio de que los aprendizajes nuevos nacen sobre la base de otros ya
adquiridos.
Por el contrario, con una preparación unilateral,
siempre específica o que incida sobre un sistema u órgano concreto, mientras se
progresa en un sector se puede retroceder en los demás, y la magnitud de
pérdida en los otros órganos, sistemas o habilidades aumentan directamente en
relación con el tiempo que se está practicando sólo una actividad concreta.
Es necesario recordar la diferencia existente entre
entrenamiento multilateral y entrenamiento polideportivo. El desarrollo
armónico de todos los órganos y sistemas no implica el aprendizaje de técnicas
deportivas muy diferenciadas y en ocasiones de escasa o nula transferencia.
La edad en la que se debe poner un mayor acento sobre
este principio también es diferente. Así, en las edades tempranas este
principio tiene una mayor relevancia, disminuyendo en la fase en la que el
deportista llega al alto rendimiento. Este principio constituye la base en
niños y jóvenes y en los primeros años de la preparación.
Ozolín plantea que la especialización es unilateral
sólo en su objetivo, mientras que el camino hacia ella consiste en un gran
número de medios y ejercicios variados. En el mundo del entrenamiento se
distingue entre multilateralidad general y multilateralidad especial. La
multilateralidad general según algunos autores, se obtiene y desarrolla cuando
la persona practica varias especialidades deportivas.
La multilateralidad especial se alcanza cuando la
persona práctica todas las posibilidades que le ofrece un solo deporte, siendo
un ejemplo el caso de un jugador de fútbol que juega en todas las posiciones.”
Ya lo hemos planteado este tema con anterioridad, y
volvemos a afirmar que es de suma importancia la especificidad del entrenamiento,
pero que debe estar precedida por un trabajo general. Es de suma necesidad
tener un buen acervomotor para poder lograr los trabajos específicos.
De esta forma en el futbol, a los niños se los debe
entrenar de forma multilateral, podemos encontrar múltiples ejemplos de
jugadores consagrados que cuando niños jugaban en posiciones distintas de las
cuales hoy en día se destacan. Así como también cuentan que realizaban otros
deportes a la par del futbol y a determinada edad tuvieron que elegir uno u el otro.
Es importante generar situaciones en los entrenamientos
donde todos los niños pasen por todas las posiciones de juego, entrenen los
distintos gestos técnicos, no encasillar a los niños.
En un apartado y antes de exponer algunos ejercicios que
cumplen con el principio de especificidad en el futbol, quería comentar las
experiencias prácticas que uno adquiere al tratar de llevar estos principios
del entrenamiento deportivo a la cotidianeidad.
Uno está acostumbrado a leer bibliografía, donde explican
perfectamente todos los principios y los justifican desde una visión teórica, y
la experiencia indica que cuando uno debe poner en práctica toda esta teoría,
hay situaciones donde es realmente complicado. Se hace muy difícil poder ser
específico en situaciones donde no se tienen los materiales ni las
instalaciones adecuadas para el entrenamiento. Es muy difícil cumplir con la
especificidad cuando uno debe entrenar con un grupo de 40 personas, como ya
vimos los principios se deben estudiar y aplicar en conjunto, y la
especificidad tiene una amplia relación con la individualización.
Por estas razones uno debe buscar, dentro de sus
posibilidades, arrimarse y tratar de seguir los principios del entrenamiento,
dándoles un guiño personal y tratando de aprovechar al máximo los recursos que
posee.
Desde la teoría es muy fácil saber cuántos metros debe
correr un jugador, a que intensidad, cuanto tiempo de descanso debe tener, etc.
Es fácil calcular los pesos, volúmenes, descansos, de ejercicios de fuerza. Es
simple armar una situación de juego donde el jugador deba expresar su
velocidad. Pero cuando se lleva a la práctica uno tiene que controlar 40
jugadores, las instalaciones no son las adecuadas, los materiales son escasos,
los jugadores reclaman atención por distintos motivos, etc.
Es por esto que uno siempre debe tratar de ajustar toda la
teoría a la realidad.
En una conferencia de futbol escuche a un profesor de un
club campeón de primera división del Futbol Argentino diciendo: “No debemos
adaptar las experiencias prácticas a la teoría, sino adaptar la teoría según
las experiencias prácticas.” Dando a
entender que uno puede ser un excelente teórico, pero la verdad esta cuando se
llega al campo y hay que volcar todo el conocimiento para lograr los resultados
deportivos.
Bibliografía:
- “Bases y principios del entrenamiento deportivo” - Ariel González
– ED. Stadium.
- “Lo que no se debe olvidar al entrenar jóvenes” - Revista Stadium
año 35 – N° 198
- “Teoría y práctica del entrenamiento deportivo” - Jorge de Hegedüs
– ED. Stadium.
- “Fisiología del esfuerzo y del deporte” - Wilmore & Costill –
ED. Paidotribo.
- “Entrenamiento Total” - J.
Weineck – ED. Paidotribo.
- “Periodización del entrenamiento deportivo” - Tudor O. Bompa – ED.
Paidotribo.
- “La velocidad en el
fútbol” - Antonio Díaz Carlavilla
- Jornadas de Actualización Comité de Entrenadores de Madrid.
- “Principios que rigen el
Entrenamiento Infantil.” -Perez Victor -PubliCE Standard. 05/05/2002. Pid: 17.
- “Futbol, 120 juegos de defensa y ataque” – Rolf Mayer – ED.
Hispano Europea.
- “Manual para el entrenador” – Capitulo 6 – Sistema de Capacitación
y Certificación para Entrenadores Deportivos. (SICCED - México)