Introducción a la Nutrición


Introducción a la nutrición para la salud, la condición física y el deporte


La condición física relacionada con la salud incluye un peso corporal correcto, un buen estado de los aparatos cardiovascular y respiratorio, una fuerza y resistencia musculares adecuadas y una flexibilidad suficiente.

La inactividad puede ser peligrosa para la salud. Tal y como queda demostrado en el Surgeon General´s Report  on Physical Activity and Health, el ejercicio como forma de actividad física está adquiriendo cada vez más importancia en la prevención e incluso en el tratamiento de muchas enfermedades crónicas.

El Principal objetivo de los alimentos que comemos es proporcionarnos nutrientes esenciales para las numerosas funciones fisiológicas y biomecánicas necesarias para la vida.

Las normas básicas para una dieta saludable incluyen el mantenimiento del peso corporal y el consumo de una amplia variedad de alimentos naturales ricos en hidratos de carbono complejos y pobres en grasas.

Si bien al realizar ejercicio y contar con una alimentación sana pueden beneficiar la salud por separado, dichos beneficios pueden maximizarse cuando se adoptan ambas costumbres a la vez.

El éxito en el deporte depende principalmente de las características genéticas y de un entrenamiento adecuado, pero la alimentación también puede ser un factor importante.

Si bien algunas personas pueden necesitar suplementos dietéticos por diversas razones, su uso no debe ser una práctica rutinaria para la mayoría de la gente. Los nutrientes deben obtenerse de los alimentos naturales.

Probablemente, la mayoría de los ergogénicos utilizados para aumentar el rendimiento deportivo son los clasificados como nutricionales, que teóricamente pueden encontrarse en las seis clases de nutrientes.

Nutrición sana para la condición física y el deporte


Las funciones principales de los nutrientes contenidos en los alimentos que comemos son: Proporcionar energía, construir y reparar los tejidos corporales y regular los procesos metabólicos del organismo.

Más de 40 nutrientes específicos son esenciales para los procesos vitales. Los obtenemos de la dieta mediante el consumo de las 6 clases principales de nutrientes: Hidratos de carbono, grasas, proteínas, vitaminas, minerales y agua.

Las 12 recomendaciones generales para una alimentación sana son:

1)      Mantener o mejorar el peso.
2)      Consumir una amplia variedad de alimentos.
3)      Adoptar una dieta baja en grasas totales, grasas saturadas y colesterol.
4)      Escoger una dieta con muchos productos integrales, legumbres, frutas y verduras.
5)      Llevar una dieta con un contenido moderado en azucares.
6)      Seguir una dieta con un contenido moderado de sal y sodio.
7)      Tomar bebidas alcohólicas con moderación.
8)      Consumir proteínas con moderación, aunque en cantidades adecuadas.
9)      Elegir una dieta con un contenido correcto en calcio y hierro.
10)   Obtener la cantidad suficiente de flúor.
11)   Evitar los suplementos dietéticos en exceso.
12)   Reducir el consumo de alimentos aditivos dudosos.






Con personas vegetarianas deben tener cuidado a la hora de seleccionar los alimentos a fin de obtener una mezcla equilibrada de aminoácidos y una adecuada cantidad de B12, calcio, hierro y cinc.

Las dietas vegetarianas están basadas en conceptos nutricionales muy sanos, aunque las dietas no vegetarianas pueden proporcionar los mismos beneficios para la salud si se escogen los alimentos de origen animal de una forma adecuada.

Aquellos que estén interesados en hacerse vegetarianos pueden hacerlo de forma gradual, pero la conversión a una dieta totalmente vegetariana requiere de una información extensa y profunda.

El procesamiento de los alimentos no da lugar necesariamente a un producto nutricionalmente inferior, pero es necesario realizar una sabia elección a fin de evitar los alimentos procesados con un excesivo contenido en productos altamente refinados, como azúcar, algunos aceites, harina blanca y aditivos cuestionables.

Las comidas previas a la competición deben ser fácilmente digeribles, con un alto contenido en hidratos de carbono complejos, con un contenido moderado en proteínas y bajo en grasas, y deben ser consumidos unas tres o cuatro horas antes de la competición.

En general, las normas nutricionales destinadas a la mejora de la salud son completamente compatibles con las destinadas a la mejora del rendimiento deportivo.